29 mar 2007

Trescientos

Aunque Lisandro se ocupó bastante bien de atacar la mayoría de las fallas para mí más apreciables de la película (la cual, no se preocupen, si me pareció entretenida), todavía dejó un par de puntos sin subrayar que a mi entender corresponden a una indole de lenguaje fílmico más que político.
Pero comencemos bien, veamos los puntos más apreciables de la pelicula: la calidad estética, el manejo de las luces y la dirección de arte (poniendo especial énfasis en maquillajes y vestuarios), la coreografía me parece algo no digno de destacar a esta altura, en la cual la danza de combate se ha instaurado con todos sus matices en todos los rincones del globo, desde jedis hasta "Héroes". Que el director intente que cada cuadro del filme asemeje el estilo de una pintura renacentista puede ser en función al comic o no (no sé, no lo leí), en todo caso es agradable y convierte al filme en algo al menos visualmente agradable. Lo que es la dirección de arte (en decorados o escenografías virtuales), utilizando los elementos de la puesta en escena para tonificar mejor la imagen con colores cálidos que también asemejan esculturas antiguas, es probablemente lo más funcional en la imagen en cuanto al relato. El maquillaje de los personajes es al mismo tiempo funcional a los colores (sin caer en el cuerpo color marrón brilloso-aceitado de Brad en Troya), y muy bien lograda la diferencia entre las figuras de los griegos, apenas vestidos con las vestimentas más sencillas, armas en absoluto ornamentadas y escudos machucados por el embate de los golpes, y la imponencia tanto en imagen como en sonido del rey de los Persas, o las adornadas vestimentas de su guardia de elite.
En contrapunto a toda esta armonía visual se encunetran los puntos más débiles del filme (y no e refiero a la idea política, que me es cuanto mucho indiferente). La música incidental utiliza de momento coros exagerados en volumen y excesivos en duración, y para peor terriblemente mal ubicados, intentando generar dramatismo en escenas que apenas si cumplen lla función de ser de transición. Todavía peor que esto se encuentra una desubicada guitarra eléctrica en una escena en la cual el dramatismo está dado por las mismas condiciones climáticas y de efecto (pensadas desde el guión, hasta aseguraría): es de noche y arrecia una tormenta, los espartanos disfrutan como los dioses destrozan parte de la flota de los persas. Un silencio hubiese sido perfecto, una voz en off de fondo (que va asubrayar lo obvio) sería incluso adecuada, pero una guitarra eléctrica con aires metaleros solo disrupta la ilusión de realidad: nos lleva de vuelta al cine en el día pesente, ahí, lejos de los 300 guerreros espartanos, mientras de paso tortura los oidoscon una melodía que puede no ser mala, pero si es completamente anacrónica.
Otro elemento que entra en disonancia con el mismo ritmo de la pelicula es la camara lenta, utilizada de igual manera para acentuar el dramatismo del plano, y para reforzar la idea pictórica en cada plano. La cámara lenta es un recurso muy complejo, no es que solo ralentiza la imagen y al sonido, sino que el efecto busca darle fuerza ala idea de lo que se está mostrando, al hacer de una manera más detallada. Sin embargo, abusar de este efecto degenera en lo reitarativo e innecesario, como cuando se le quiere explicar algo a alguien hablandole más despacio o haciendo pausas, no solo no funciona, sino que además lo hace quedar como un idiota. Ahora, si a esto se le suma el recurso de acción de moda, el movimiento brusco y rápido de cámara para luego pasar a una cámara lenta en movimiento, nos aproximamos peligrosamente al hibrido más repugnante que los años 90 y el manejo de la edición digital brindaron: el montaje vertiginoso. Fortuitamente, 300 no llega a este punto (aunque pega en el palo), por que si bien utiiza estos cambios bruscos de velocidad en movimientos de cámara, al menos los hace sin cortes bruscos que más que otra cosa solo confunden y no permiten entender lo que se muestra.
Por último, no voy a quedarme callado sobre algunos diálogos muy idiotas y la misma incoherencia planteada por la pelicula. El más grande ejemplo de esto (no, no es el discurso melgybsoniano de la libertad) sino el narrador diciendo los espartanos son re-duros, el rey de esparta se mata un lobo mientras pisa descalzo la nieve" y a continuación un plano de este mismo rey jugando con su hijito y luego ponderando la palabra de su mujer! Qué es esto? El día que Esparta soñó con el american dream?! No, eso no se hace.

1 comentario:

Mandramas dijo...

Si la guitarra electrica te parecio anacrónica, que los espartanos hablen inglés no?
De acuerdo que la peli machaca demasiado en ciertos valores, mas que nada por falta de imaginación, creo yo.